El juez Peinado lanza un nuevo golpe devastador contra Pedro Sánchez y su esposa, Begoña Gómez, al decidir que los delitos imputados a ella serán juzgados por un jurado popular. Esta decisión, que se conoció hoy, ha desatado una ola de preocupación en el Palacio de La Moncloa, donde el presidente del Gobierno parece estar perdiendo el control de la situación.
Sánchez, que admitió no haber podido dormir por la situación en Gaza, enfrenta ahora una crisis interna mucho más cercana: la posibilidad de que su esposa enfrente una condena de hasta 17 años de prisión. La decisión del juez de juzgar a Begoña por malversación es un auténtico varapalo para el sanchismo, que ya se ha visto obligado a movilizar a sus ministros en un intento desesperado de contener el daño.
El magistrado ha dejado claro que no se detendrá en su labor. En un nuevo auto, ha dictaminado que otros delitos imputados, incluido el tráfico de influencias, también serán juzgados de la misma manera, lo que multiplica las posibilidades de una condena. Este panorama sombrío ha dejado a Sánchez y a su entorno en un estado de alerta máxima, especialmente con la inminente cita judicial programada para el lunes 6 de octubre.
Los expertos advierten que el 92% de los juicios por jurado concluyen en condena, lo que convierte a Begoña en una figura cada vez más vulnerable. La presión aumenta y el tiempo se agota, mientras el futuro del Gobierno se tambalea ante la amenaza de un escándalo judicial sin precedentes. La situación es crítica y cada hora que pasa intensifica la incertidumbre sobre el destino de la pareja presidencial.
